Tras unas semanas de intensa actividad para la Fundación Alimerka, con la celebración de los Premios Luis Noé Fernández y sus actividades paralelas, es el momento de echar la vista atrás para mostraros todo el proceso de organización de estos galardones, que ya han llegado a su séptima edición.
La preparación arranca a mediados de año, con la revisión de las bases, la redacción de las posibles modificaciones y el diseño de las mismas. Lo siguiente es su envío y difusión, para poder llegar al mayor número de entidades potencialmente interesadas en presentarse.

La recepción de proyectos se abrió el 7 de septiembre y, durante el plazo de un mes, se recibieron todas las candidaturas a las dos modalidades: Nutrición y Lucha contra el Hambre, que fueron archivadas para la preparación de los dossier para los Jurados.

La reunión de los dos Jurados tuvo lugar el jueves, 10 de noviembre, en las instalaciones del Centro Logístico de Alimerka (Lugo de Llanera). Tras un largo debate, el Jurado de Nutrición decidió otorgar el Premio al Grupo Antioxidantes-Fibra del Departamento de Metabolismo y Nutrición del ICTAN-CSIC por su estudio sobre los antioxidantes macromoleculares. El Jurado de Lucha contra el Hambre otorgó el galardón a la Asociación Espigoladors, por su proyecto «De frutas y verduras imperfectas nacen segundas oportunidades».
Una vez conocidos los dos galardonados, llega el momento de comunicar el veredicto. Además de enviar una nota de prensa a todos los medios, se publica información sobre ambas entidades y sobre los proyectos premiados en la página web de la Fundación (y también en este blog). Falta solo un mes para el acto de entrega.
Actividades paralelas
Uno de los principales objetivos de los Premios Luis Noé Fernández es dar a conocer proyectos de interés para que puedan ser generalizables. Por ello, además de otorgar un premio económico (y un reconocimiento público), la Fundación Alimerka organiza una actividad de divulgación con cada premiado, aprovechando su estancia en Asturias para recoger el galardón.
Este año, el Doctor Fulgencio Saura, director del grupo investigador que recibió el premio en la categoría de Nutrición, impartió una charla bajo el título «Cómo proteger tu salud con la dieta mediterránea: importancia de los antioxidantes macromoleculares», que congregó a decenas de personas.

Por su parte, la Asociación Espigoladors (Premio Luis Noé Fernández de Lucha contra el Hambre), compartió un encuentro con representantes de entidades sociales e instituciones relacionadas con la gestión de alimentos. La directora de la entidad, Mireia Barba, explicó su proyecto de recuperación de frutas y verduras «imperfectas».
Preparación del acto
La organización del acto de entrega de los Premios tiene muchas fases: elección del lugar, acondicionamiento de la sala, protocolo, escenario, elección del presentador/a, redacción del guión, edición de vídeos, diseño de iluminación, decoración y ambientación, etc.
En esta ocasión, la gala de los Premios Luis Noé Fernández se celebraron en la Sala de Cristal del Palacio de Exposiciones y Congresos Ciudad de Oviedo y asistieron 280 invitados. Para la ambientación del escenario se eligieron motivos relacionados con la temática de los Premios (Nutrición y Lucha contra el Hambre): frutas, plantas y una colección de imágenes de todos los galardonados durante los siete años de vida de estos premios.
En esta edición de los Premios, cuatro usuarios de la Asociación de Parálisis Cerebral de Asturias (ASPACE) fueron los encargados de entregar los diplomas (con la ayuda de sus cuidadores).
Al acto acudieron medio centenar de voluntarios de diferentes entidades sociales de Asturias, que protagonizaron el cierre del acto con la proyección de un Flashmob (grabado con anterioridad en la Plaza del Fontán de Oviedo) en el que participaron junto a la Orquesta de Cámara de Siero y el saxofonista alemán Andreas Prittwitz. Contagiados por la música y la energía de los voluntarios, que saltaron al escenario cantando y dando palmas, todos los presentes en la sala terminaron en pie, aplaudiendo y coreando la canción «Viva la vida», de Coldplay, como homenaje al colectivo del voluntariado, esas personas generosas que dedican su tiempo a ayudar a los demás.